Hay que mantener la calma porque Renault aún no ha conseguido nada con el R28 evolución. De hecho, en el mejor de los casos, el salto técnico del que disfrutarán Alonso y Piquet en el GP de España sólo debería permitirle al asturiano tener menos apreturas en calificación y carrera, meterse entre los diez mejores sin tantas agonías y luchar con Trulli y Webber por colocarse séptimo en parrilla. Parece poco, pero es un salto importante después del deficiente rendimiento inicial del que en Bahrain era el séptimo coche de la parrilla por prestaciones. En Barcelona puede ser el cuarto monoplaza más veloz. Lo más importante y lo que llena de optimismo a los ingenieros a la escudería es que el rendimiento del coche con las mejoras ha sido exactamente el que esperaban y ahora sí tienen una buena base para progresar. Con las ideas de Alonso y el esfuerzo de sus ingenieros, se empieza a ver posible lo imposible: acabar el año pegado a los tres mejores de la parrilla y con capacidad para disputar algún podio.
El primer apartado en el que se ha mejorado es en el del rendimiento del monoplaza con neumáticos nuevos y mucho peso. En los test de Montmeló de febrero el coche del ovetense era una tortuga durante las primeras vueltas, a casi segundo y medio de los mejores. Algo que se vio reflejado en las dos Q3 disputadas por Fernando. En Bahrain no pudo superar a Button pese a llevar una carga parecida de gasolina. En las últimas pruebas el resultado ha sido mucho más prometedor, ya que el coche es más regular y se coloca a unas nueve décimas de Ferrari (la distancia óptima del R28 con pocos kilos en el depósito) desde el primer momento. Todo esto si, como parece, Massa rodó el martes con 60 kilos de combustible por los 45 con los que hizo sus tandas largas el ovetense.
La clave de esta mejora es la nueva suspensión delantera y lo positivo de que los entrenamientos hayan salido bien es que pronto Alonso recibirá algunas de las nuevas piezas que ha solicitado. Sobre la base del kit de Barcelona, el R28 estrenará modificaciones aerodinámicas y mecánicas ya en la siguiente carrera en Turquía y, con la salvedad de Mónaco (donde le seguirá faltando capacidad de tracción, pese a la progresión de Montmeló), volverá a ver cambios en su coche en Canadá. El "paciente con muchas pequeñas dolencias", como lo definió Briatore, ya ha comenzado su recuperación.
El primer apartado en el que se ha mejorado es en el del rendimiento del monoplaza con neumáticos nuevos y mucho peso. En los test de Montmeló de febrero el coche del ovetense era una tortuga durante las primeras vueltas, a casi segundo y medio de los mejores. Algo que se vio reflejado en las dos Q3 disputadas por Fernando. En Bahrain no pudo superar a Button pese a llevar una carga parecida de gasolina. En las últimas pruebas el resultado ha sido mucho más prometedor, ya que el coche es más regular y se coloca a unas nueve décimas de Ferrari (la distancia óptima del R28 con pocos kilos en el depósito) desde el primer momento. Todo esto si, como parece, Massa rodó el martes con 60 kilos de combustible por los 45 con los que hizo sus tandas largas el ovetense.
La clave de esta mejora es la nueva suspensión delantera y lo positivo de que los entrenamientos hayan salido bien es que pronto Alonso recibirá algunas de las nuevas piezas que ha solicitado. Sobre la base del kit de Barcelona, el R28 estrenará modificaciones aerodinámicas y mecánicas ya en la siguiente carrera en Turquía y, con la salvedad de Mónaco (donde le seguirá faltando capacidad de tracción, pese a la progresión de Montmeló), volverá a ver cambios en su coche en Canadá. El "paciente con muchas pequeñas dolencias", como lo definió Briatore, ya ha comenzado su recuperación.